miércoles, 25 de marzo de 2009

Los casos que jamás relató el Doctor Watson


Adrian Conan Doyle y John Dickson Carr, los seguidores de Sir Arthur

Como les anuncié en la anterior entrada, Valdemar editó una colección perfecta llamada Archivos de Baker Street. El primer volumen, del que ahora nos ocuparemos, fue un auténtico tour de force para el hijo de Conan Doyle y Dickson Carr, uno de los más célebres escritores de novelas policíacas de todos los tiempos. ¿Quieren saber por qué? Vamos a ello.

"Las hazañas de Sherlock Holmes"


Partiendo de algunas frases dejadas ahí y allá por el Doctor Watson acerca de casos que no podía o no debía revelar - el célebre espadachín Isadora Persano que fue encontrado loco delante de una caja de cerillas que contenía un gusano desconocido por la ciencia, el hombre que entró en su casa a buscar un paraguas y jamás se le volvió a ver, o el terrorífico asunto de la rata gigante de Sumatra, quedaban muchas aventuras de Sherlock Holmes por narrar.

Pero el problema era ¿quién supliría la magistral destreza del padre del detective más famoso del mundo? Porque una cosa es hacer un pastiche, con mayor o menor fortuna, y otra bien distinta es retomar el testigo del coloso de la novela detectivesca y seguir a partir del punto dónde él se había detenido.

Tal hercúlea labor asumieron el propio hijo de Conan Doyle y John Dickson Carr. Trabajando a dos manos en algunas ocasiones, en otras uno sólo, lograron pergeñar diversas soluciones a diversos problemas dejados "colgados" y sin explicación posible.

Así, en éste volumen, podemos regocijarnos con los siguientes casos:

-La aventura de los siete relojes
-La aventura del hacendado Trelawney
-La aventura de los jugadores de cera
-La aventura del milagro de Highgate
-La aventura del baronet atezado
-La aventurade la habitación cerrada
-La aventura de Foulkes Rath
-La aventura del rubí de Abbas
-La aventura de los ángeles negros
-La aventura de las dos mujeres
-La aventura del horror de Deptford
-La aventura de la viuda roja


Créanme si les digo que los autores estudiaron hasta el sistema de puntuación que usaba Sir Arthur, el empleo de determinadas palabras, cada cuántas veces usaba determinados modismos... Su trabajo fue enorme y el resultado es espléndido.
Ni que decir tiene que hagan todo lo posible para hacerse con un ejemplar, bien sea a través de internet, bien en alguna librería de lance, o bien robándoselo a su abuelita. No tengan el menor escrúpulo, pues cada página vale su peso en oro.
Recuerden, "Las hazañas de Sherlock Holmes", editorial Valdemar.
Ah, me olvidaba, incluye el reglamento de la asociación "Irregulares de Baker Street". Toda una propina, vive Dios.

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