sábado, 27 de junio de 2009

Cinco tumbas al Cairo


El Mariscal Rommel, según Billy Wilder

A pesar de existir otras cintas en las que el personaje histórico de Erwin Rommel, ése militar alemán tan controvertido y genio de la estrategia, en las que sin duda alguna queda mejor retratado como sucede en la que encarna James Mason, ésta de Wilder tiene un encanto especial. ¿Por qué? Pues... ¡porque es de Billy Wilder, claro!

A parte de éste hecho, que ya la convierte en película de visión obligatoria para todos los amantes del Séptimo Arte, hay muchos otros elementos que la hacen grande. El reparto, las fabulosas interpretaciones y la trama. Aquí, a fuer de sincero, he de advertir a los amantes de los films bélicos - entre los que me cuento- que ésta no es tanto una película de acción sino una película de espionaje. Y aún diría que de espionaje psicológico. Wilder retrata, como siempre, personas, simples seres humanos, y los despoja de los oropeles de su condición dejándolos al desnudo. Las dudas, la arrogancia, el miedo o el amor tienen aquí más peso que los indudablemente importantísimos hechos históricos en los que se enmarca la acción.

Lo dicho, es un film de Billy Wilder.

La trama

Nos hallamos en el mes de junio de 1942. Las cosas no van bien para los británicos. El imparable avance del Afrika Korps, dirigido por el brillante Mariscal del Reich Erwin Rommel, parece imposible de detener. El Zorro del Desierto, tal y como le apodan, está dispuesto a arrebatarle a los británicos todo el norte de Africa. Tan rápidamente se retiran los ingleses que uno de sus soldados, John Bramle, queda rezagado y sin poosibilidad de unirse de nuevo con los suyos.

En el desierto que existe entre Libia y Egipto, Bramle, único superviviente de la dotación de un tanque capturado por los alemanes, deberá encontrar refugio hasta que la situación mejore. La oportunidad se la brindará un hotel perdido en medio de la nada. Una nada, sin embargo, que le permitirá realizar una operación de infiltración y espionaje vital para la causa aliada y trabar conocimiento con su máximo rival, el Mariscal Rommel.

El film


Ni que decir tiene que resulta superfluo cantar las excelencias de una película dirigida y escrita por Billy Wilder. Este se basó en una comedia de Lajos Biro y escribió el guión con la ayuda de Charles Brackett. La música es, ¡cómo no!, del gran Miklos Rozsa y el reparto, ah señores, el reparto es de ensueño. Fíjense: en el papel protagonista, Franchot Tone; en el de propietario del hotel, ése gran secundario llamado Akim Tamiroff; el papel femenino, que aquí tiene mucho juego, ya lo verán, lo interpreta la deliciosa Anne Baxter, y como guinda del pastel, a Rommel lo interpreta nada más y nada menos que el inmenso Erich von Stroheim. Sinceramente, ¿qué más se puede pedir?

Ediciones

Les recomiendo la de Suevia Films, que tiene un muy buen catálogo, por cierto, y que está editada en la "Selección clásicos de Oro". Es fácil de encontrar en cualquier establecimiento.

Para los amantes de los datos, decir que éste film estuvo nominado en 1944 al Oscar a la mejor fotografía, a la mejor dirección artística y al mejor montaje.

4 comentarios:

Gloria dijo...

Aunque mi Rommel favorito es el de James Mason, esta es una de mis películas bélicas favoritas. Ya sería un "must" sólo por ver a Stroheim (que paece estar retratando el lado oscuro del Von Raufenstein de "la Gran Ilusión") pero como tu dices, Stroheim está muy bien acompañado y además, es una peli de Wilder.

Siendo Wilder, por supuesto, siempre es algo más que un simple film bélico o de intriga... Y que decir de los toques de humor, tan bien servidos por Tamiroff o el mallorquín Fortunio Bonanova ;D

Miquel Gimenez dijo...

A mi también me gusta más el Rommel de Mason. Bueno, reconozco que me gusta James Mason haga lo que haga. Creo que es uno de los actores más polifacéticos y preparados de toda la historia del cine, con permiso del magnífico Charles Laughton, he, he...
Ahora bien, Von Stroheim siempre es Von Stroheim. La propaganda de Hollywwod lo definió como "El hombre que usted desea odiar". Pero cuando uno lo ve en films como "Sunset Boulevard" o en "Cautivos del mal" - "The Bad and the Beauty", donde se autoparodia como director - te dan ganas de abrazarlo y llevártelo a casa a cenar.
Por cierto, extraordinaria agudeza, si señora. Fortunio Bonanova es una de ésas personas de las que no se habla nunca. Bueno, tampoco se habla de la peripecia hollywoodyense de Blasco Ibáñez o sea que... Abrazos blogueros1 ^OO^

Gloria dijo...

Por cierto, te paso el link a un muy interesante post sobre Bonanova: click, click

Miquel Gimenez dijo...

Se agradece mucho. parece mentira que tengamos tan abandonadas cosas o gentes así. Un abrazo ^OO^