miércoles, 18 de marzo de 2009

Arsenio Lupin, caballero ladrón


La elegancia del ladrón de guante blanco.

Maurice Leblanc es el culpable de que muchas personas pensemos que hay ladrones y ladrones. Moralmente quizá no sea correcto, pero cuando hablamos de Arsenio Lupin, qué quieren que les diga, hay que rendirse a la evidencia: nadie roba con tanto estilo, con tanta gracia y con tanta clase como éste personaje de ficción que nos atrae tanto como podría hacerlo Sherlock Holmes, el detective más famoso del mundo.

Y es que Leblanc dota a Lupin de una habilidad extraordinaria a la vez que de una humanidad y de una simpatía sin parangón. Lupin se hace anunciar en la prensa, desafía a la policía, se ríe del poder establecido y el pueblo ríe junto a él, se hace partícipe de su aventuras, de sus peripecias. En suma, Lupin bien puede ser todo un perfecto caballero, pero también es un ídolo del pueblo y éste se le entrega sin reservas.

Biografías de personaje y autor

El auténtico nombre de Lupin, puesto que éste no es más que un alias, un nom de plume, es Raúl d'Andrésy. Se conoce la fecha de su nacimiento, 1874, así como su terruño natal, Blois. Su formación es notable, variada y divertida, como él mismo: derecho, medicina, lenguas clásicas, boxeo, prestidigitación... Amante de la belleza y de las mujeres, dícese de él que supo elevar a la categoría de obra de arte el oficio de ladrón.

Maurice Leblanc, el padre de la criatura, nació en 1864 y se educó en Francia, Alemania e Italia. Dejó lo que podía haber sido una lucrativa carrera en la industria naviera para dedicarse a pleno pulmón al periodismo de sucesos. Su nombre comenzó a hacerse popular cuando aceptó el encargo de Pierre Lafitte y empezó a publicar en el celebérrimo Je sais toût las andanzas de Lupin.

La obra
De pluma fácil, Leblanc fue modelando a su personaje jovial y divertido en un ser más profundo e incluso patriótico. Los esoteristas, que siempre quieren buscarle tres pies al gato, aseguran incluso que en algunos textos de las novelas de Arsenio Lupin hay indicios de secretos tremendos, como en "La aguja hueca"... En fin, que cada uno interprete como mejor le parezca la prosa siempre viva y fresca de éste auténtico orfebre de la literatura, y ustedes aprovechen que Edhasa ha reeditado sus aventuras en un formato más que digno, de tapa dura. Claro está que hay muchas más ediciones, y en francés, ni les cuento. Pero la que les recomiendo, sin ánimo de publicidad, és sencilla de encontrar, manejable y bien traducida, lo que ya es mucho decir en éstos tiempos.
Los números publicados hasta la fecha por orden cronológico - que no por orden de los que publicó Maurice Leblanc, ojo - son éstos:

1. La condesa de Cagliostro
2. Arsenio Lupin, caballero ladrón
3. Arsenio Lupin contra Herlock Sholmes ( sí, sí, han leído bien)
4. Arsenio Lupin y la Aguja Hueca
5. Arsenio Lupin 813


¿Lupin versus Holmes?
Efectivamente, Leblanc quería que el británico y el francés se enfrentasen y lo logró, aunque fuera pagando un pequeño peaje que consistió en transmutar el nombre de Sherlock Holmes por el de Herlock Sholmes. La superchería, obviamente, no engañó a nadie, pero evitó enojosos pleitos por los derechos de autor. El fruto es una novela deliciosa en la que Leblanc-Lupin se rien un poco de la seriedad británica y hacen gala de la típica gauloseirie, ése rictus desenfadado, burlón y un tanto gamberro del que es epítome Belmondo en algunos de sus films o Astèrix en los cómics.
No se lo digan a nadie, pero si quieren regalarse un buen rato, compren ni que sea éste volumen. Existe también en edición de bolsillo, claro, y también se encuentra en algunas lenguas del estado español como el catalán. Es igual. Lo lean como lo lean, les aseguro que sonreirán y se entretendrán.
Y es que Arsenio Lupin jamás nos ha defraudado. Maurice Leblanc, tampoco.

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