lunes, 30 de marzo de 2009

Lo que no sabíamos de la Sra. Hudson


Detrás de un gran detective, hay una gran mujer... que también es detective

O al menos éso es lo que nos asegura Martin Davies, autor del delicioso libro "La Sra. Hudson y el misterio de los espíritus", publicado en castellano por Lumen en un decoroso volumen de 381 páginas, como aseguraría Borges.

A pesar de lo que los sherlockianos tenemos visto en materia de pastiches y novelas relacionadas con el Gran Detective, Martin Davies consigue algo muy difícil para un lector curtido en pipas de brezo o arcilla y conocedor de las diferencias que existen entre un Brougham y un Cabriolé: nos sorprende. Y sorprende también a cualquier persona que desee pasar un rato entrenidísimo porque, digámoslo ya, el libro al que hacemos referencia está muy bien trabado.

Davies ha desarrollado su trabajo en la BBC como productor y editor. No me cabe la menor duda que a ello se debe el ritmo que impone a su prosa, y que redunda en beneficio del argumento. A pesar de que en el mencionado libro se hace mención a una saga basada en la fiel ama de llaves de Sherlock Holmes, personalmente nada más he sabido ni de Davies ni de las aventuras de ésa escocesa tozuda y con un corazón de oro. Si se ha publicado algo más, bien en castellano, bien en otro idioma, me favorecerá mucho que el lector/lectora que lo sepa haga un comentario indicando títulos y editoriales.

La trama

El azar, urdidor de tantos acontecimientos desgraciados como de sucesos felices, hace que la Sra. Hudson, una mujer ya algo entrada en años, y su ayudante Flottie vayan a parar a Baker Street y allí traben conocimiento con ésos dos caballeros británicos que aún a día de hoy asombran al mundo. Me refiero, claro está, a Sherlock Holmes y al Doctor Watson.

El buen hacer, el sentido común, la intuición de la sirvienta-consejera-ama de llaves y, en cierto modo, protectora y hada hogareña de ambos se mostrará a lo largo de la novela como un ingrediente insustituible, sin el que ni Holmes sería Holmes ni Watson sería Watson. Pero la señora Hudson no se resignará al papel de persona que sirve Scones y Muffins y espléndidos ágapes - en el Canon, Holmes dice "La Sra. Hudson, como buena escocesa, sabe lo que es un desayuno" -, muy por el contrario, el autor nos descubre a una inquisita investigadora que, junto a su ayudante, descubirá por ella misma un misterio procedente de Sumatra relacionado con algunos asuntos turbios que acabarán con la muerte de un hombre.

Si hasta ahora tan sólo tienen la imagen de la Sra. Hudson como la de una viejecita que grita horrorizada cuando Holmes graba, disparo a disparo, las iniciales V.R - Victoria Regina - en la pared o que se queja de los olores pútridos de los experimentos de Holmes o del legendario abandono de su sala de estar, lean éste libro y verán como, aunque parezca imposible, Martin Davies ha sabido hacer de un simple personaje secundario una protagonista sin parangón.

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