sábado, 25 de abril de 2009
El misterio de la vela doblada
El gran Edgar Wallace
Edgar Wallace, El Rey del Misterio, como fue apodado en su época, nació en Londres en 1875. Los estudios le tentaban poco, porque abandonó la escuela a la temprana edad de doce años y, a partir de aquel momento, si bien las instituciones pedagógicas perdieron a uno de sus miembros, los amantes del misterio ganaron a un fenomenal escritor.
Pero antes de que el mundo reconociese su talento, Wallace desempeñó mil y un oficios, desde el de albañil hasta el de cocinero de barco. Se dirá lo que se quiera, pero disponer de una buena experiencia de la vida siempre hace mejor al escritor. Se enroló en el ejército y, finalmente, se rindió a la evidencia: había nacido para ser el escritor que fue.
Fundó y dirigió numerosos periódicos, escribió novelas, poesía, crítica teatral, guiones cinematográficos e incluso llegó a dirigir películas basadas en sus novelas.
No en vano es considerado unánimemente como el creador del thriller, y así lo avala toda su obra, desde "La banda del Rana" a "Los ojos de Londres" pasando por "Los cuatro hombres justos", "El Círculo Carmesí" o la novela que nos ocupa hoy, "El misterio de la vela doblada".
Digamos, antes de ocuparnos de ella, que Edgar Wallace fue el primer escritor británico de novela negra que optó por emplear a policías de verdad como protagonistas de sus novelas, en lugar de detectives aficionados.
Wallace falleció en Hollywood, en 1932,justo después de finalizar el guión de la mítica película "King Kong", fructífera colaboración con Merian C. Cooper.
Leído en todo el mundo, especialmente idolatrado en Alemania hasta el punto que el Tercer Reich llegó a prohibir la difusión de sus novelas por considerarlas propaganda pro inglesa, Wallace sigue ciñendo su corona de Rey del Misterio sin que despunte nadie que sea capaz de destronarlo.
El misterio de la vela doblada
El joven comisario de Scotland Yard T.X.Meredith, agudo y perspicaz policía - cosa que no suele ser común entre los miembros de éste cuerpo en las novelas detectivescas - deberá auxiliar con todas sus fuerzas a su buen amigo John Lexman, escritor de novelas de misterio y quién sabe si un trasunto del propio Wallace, al que no le faltaba ésa pincelada de humor británico cuando escribía.
La trama y el final - ¡y qué final! - son tan agudos y sorprendentes que la novela se lee de un tirón.
Ediciones
La obra del Maestro se ha editado y vuelto a editar en numerosas ocasiones y, afortunadamente, hay muchas de sus obras vertidas al castellano, desde las publicadas por la harto mentada Editorial Molino hasta los recopilatorios que hiciera Editorial Aguilar en los sesenta.
Pero no se rompan la cabeza, si desean una buena edición de éste título, vayan a su librería y compren la que acaba de sacar Ediciones del Viento. Buena traducción, editada con esmero y muy agradable. Ideal para leer en un recorrido de AVE o de avión porque se devora, y las páginas vuelan y vuelan.
Un inciso sobre la filmografía de Edgar Wallace en Alemania
Con el final de la Segunda Guerra Mundial y la vuelta a la normalidad en Alemania, ésta permaneció fiel a Edgar Wallace y allí se desarrolló una industria alrededor de las adaptaciones de sus obras. En éstas películas, siempre correctas y más que entrenidas, destacaban los grandes actores de aquel país, lamentablemente no suficientemente conocidos allende de sus fronteras. Citemos a Joachim Fürtchsberger, a Eddie Arent, un gran cómico muy popular en Alemania, al propio Klaus Kinski o a Gert Froebe, el que llegaría a ser el legendario Goldfinger.
Como están al alcance de cualquiera en video clubs y grandes superficies, háganse con alguna de ellas. No les defraudarán. Por si acaso, he colgado un trailer de "El Monje", una de ellas, para que vayan haciendo boca. Que les aproveche.
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Gert Froebe
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