sábado, 11 de abril de 2009

Raffles y Sherlock Holmes, cuñados


Familia y trastos viejos, pocos y lejos

Quizá a alguno de ustedes les sorprenda saber que el detective más conocido de la historia, Sherlock Holmes, y el ladrón de guante blanco británico por antonomasia, Raffles, tengan una estrecha relación de parentesco. Pue si señor, así es. Son cuñados en tanto en cuanto que Sir Arthur Conan Doyle fue cuñado del creador de Raffles, Ernest William Hornung.

Hornung se casó a la edad de veintisiete años con la hermana de Conan Doyle, Constance, y nunca en la historia de la literatura se ha podido encontrar un caso similar: dos escritores unidos por un lazo familiar que son tan diferentes en carácter, convicciones y obra.

Ernest W. Hornung, el padre de Raffles, Caballero Ladrón

Hornung nació en Middlesborough, en el norte de Inglaterra, un siete de julio de 1866. De carácter inquieto y aventurero, viajó en su juventud a Australia tentando a la fortuna. Hay que señalar que, en aquellas épocas, Australia era tan solo un enorme penal al que el Imperio enviaba desterrados a lo que podríamos denominar sin riesgo a equivocarnos "lo mejor de cada casa".

Sin conseguir ni riquezas ni honores, pero atesorando un buen número de conocimientos acerca del hampa aprendidos de boca de sus propios miembros, Hornung regresó a Inglaterra después de dos años, dedicándose a escribir como periodista. Debemos señalar, en honor a la justicia, que si Hornung triunfó fue tan solo a causa de su talento y su imaginación, puesto que desde el instante en que puso pie en Inglaterra, comenzó a colaborar en el Strand Magazine, la revista que acogió los mayores éxitos de Sherlock Holmes.

Raffles: el anti Holmes

Mucho se ha hablado acerca de las diferencias antre ambos personajes. Sin querer entrar en polémicas estériles - los dos son magníficas criaturas de ficción y por tanto ¿qué más da? - si que es evidente el bando en el que militan tanto ellos como sus autores: Conan Doyle tiene una moral victoriana, rígida, conservadora y puritana; Hornung no; él es liberal y su Raffles tiene que ser, por fuerza, un anti héroe, un hombre de mente abierta, aventurera y cínica.

Holmes se lanza a la aventura para defender la ley. Raffles lo hace en beneficio propio y por el puro placer del riesgo. Donde Holmes se muestra prudente, Raffles es temerario. Cuando Holmes sostiene a capa y espada delante de Watson que hay cosas que deben ser silenciadas en beneficio de la Corona y de el país, Raffles proclama a los cuatro vientos su insolente osadía.

Eso sí, ambos comparten una habilidad y un intelecto sin parangón. Pero parece ser que éso despertó aún más las iras de Conan Doyle, que reprendió a su cuñado con el argumento, un tanto baladí, de que no le parecía bien hacer de una persona sin moral un héroe. A Hornung, como era de esperar, las reprimendas pacatas de su ilustre cuñado se la traian al pairo y buena prueba de su cinismo es que el primer volumen de Raffles está dedicado a Conan Doyle, quién debió de palidecer al leer tal dedicatoria.

Digamos, sin embargo, que Raffles, con ser un personaje de mucho calado, cada día luce mucho menos pues tiene la competencia de todo un Arsenio Lupìn, nada más y nada menos. En cambio, a Holmes nadie ha podido hacerle sombra a éstas alturas, ni se atisba en la lontananza que surja alguien que lo consiga en un futuro próximo.

Ediciones

En el batiburrillo de ediciones que a lo largo de los años se han ido publicando en castellano de las andanzas de Raffles y de Bunny, su compañero, yo les recomiendo dos: la primera es la de una vieja conocida de éste blog, la de la Editorial Abraxas, que se divide en dos volúmenes:

Ladrón de guante blanco
La máscara negra


Hay otra edición que a mi me gusta más, que es la que editó Valdemar en su colección "El Club Diógenes", formato bolsillo, con una deliciosa cubierta que reproducimos en ésta entrada y que tiene por título "Los Idus de Marzo y otras aventuras de Raffles el ladrón de guante blanco". Ustedes mismos

Señalar que hay varias adaptaciones al cine de éste personaje pero, si aceptan una sugerencia, procurénse la que protagonizó David Niven y que está disponible en cualquier videoclub o gran superficic. Nadie como él podía encarnar la elegancia negligente del tan justamente llamado ladrón de guante blanco, casi tan blanco como la sonrisa de David Niven.

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