sábado, 4 de abril de 2009
El prisionero de Zenda
Los precedentes del film
La entrenida novela de Anthony Hope "El prisionero de Zenda" ha sido adaptada al cine en varias ocasiones, aunque no siempre con idéntica fortuna. La primera versión se filmó en el Reino Unido en los incipientes comienzos del noveno arte, en 1915, y fue dirigida por George Loane-Tucker.
El salto a Holywwod de ésta gran trama de acción, heroismo y amor lo dió de la mano de Rex Ingram, a quien se le conocía como "El Maestro de la ostentación", con lo cual sobran comentarios. Dato curioso: su estrella favorita, Ramón Novarro, a quién pretendía convertir en un nuevo Rodolfo Valentino - que fue el gran descubrimiento de Ingram - no interpretó el papel de héroe, sino el de villano, Rupert de Hentzau, quedando el papel de Rassendyll para un joven Lewis Stone. Hay que señalar que ambas versiones eran mudas.
La trama
Ruritania, un reino perdido en la Europa Central. El Rey Rudolph es secuestrado la víspera de su coronación por su primo, el diabólico Miguel el Negro - aunque en el film jamás se mencione su apodo, que sí sale en la novela -, bastardo y cargado de odio hacia el legítimo monarca. Con la ayuda de Rupert de Hentzau, su propósito es coronar a la prometida del Rey, la Princesa Flavia y proclamarse regente hasta que consiga casarse con la Princesa y ser el Rey.
Pero el azar aparece. El primo del Rey, Rassendyll, se halla de vacaciones en el reino pescando truchas y es el vivo retrato del monarca secuestrado. Gracias a un inteligente ejercicio de suplantación y simulación, Rassendyll, con la ayuda del Coronel Zapt y su ayudante Fritz, salvarán la situación y al Rey.
El precio que deberá pagar el abnegado y heroico inglés será el de no poder ver culminado su amor hacia Flavia, amor que le es correspondido, pero que impide el sentido del deber. "El honor no afecta sólo a los hombres", le dice ella. Cierto es.
Cuando Rupert de Hentzau habló por primera vez en el cine
Para escuchar hablar a los personajes, hubo que esperar hasta que John Cromwell filmase "El prisionero de Zenda" en 1937 con un reparto más que notable: Ronald Colman era Rassendyll y Douglas Fairbaks jr. encarnaba a Rupert de Hentzau.
Les acompañaban Madeleine Carroll, Raymond Massey y, ojo al dato, una Mary Astor a quien nos encontrariamos haciendo de malvada en "El Halcón Maltés" junto al inolvidable Bogart - habrá que dedicarle una entrada o dos a éste film, me dicen, y así será - y, para rematar la faena, un también joven y ya magnífico David Niven.
La película entre las películas
Ahora, la mejor adaptación, la clásica, la que deben ustedes ver es la que hizo Richard Thorpe en 1952. Filmada en Technicolor, lo tiene todo: acción, amor, intriga y un elenco de lujo, casi imposible de repetir.
De entrada, a Rassendyll lo encarna el mítico Stewart Granger, el héroe por antonomasia de aquella época, que encarna a la perfección los dos papeles, el de Rey y el de su primo inglés. Y los interpreta con tal convicción, con tal verosimilitud, que causa pasmo hallar tal ejercicio estilístico en una cinta de aventuras donde las interpretaciones suelen ser más bien planas.
Ah, pero al lado de Granger está el colosal James Mason del cual muchos dicen que es el auténtico protagonista del film. Encarnando a Rupert de Hentzau es cínico, divertido, cruel, asesino y, sin embargo no nos cae mal. Sabemos que es el malo, pero ¿quién se negaría a beber una cerveza con éste caballero venido a menos, a un aventurero sin escrúpulos que es capaz de enamorarse perdidamente de Antoinette, la querida de Miguel, el rival del Rey, y de matarlo? Sí, Rupert de Hentzau es tan grande como personaje - Hope le dedicó otra novela a él solito - que sólo esperaba a un actor como Mason para que su luz eclipsase, casi, al resto.
Ni que decir tiene que Deborah Kerr está inmensa como Princesa Flavia y que el resto de los actores está a la altura, lo que no es poco decir: Louis Calhern, Jane Greer, Lewis Stone y Robert Douglas forman el acompañamiento perfecto a ésta película que no ha envejecido ni un ápice y que es perfecta para un sábado como hoy, o para cualquier otro momento en que necesiten que el viejo Coronel Zapt les aconseje cual es su deber, que no es otro que divertirse y emocionarse con las peripecias de una novela auténticamente dirgna de ser llamada de aventuras.
( Tras ésta película que hoy les recomiendo se han filmado otras, naturalmente, pero me abstengo de comentarlas por un puro ejercicio de caridad. Si ustedes las quieren ver, incluida la nefasta que protagonizó Peter Sellers - una mala tarde la tiene cualquiera - será bajo su exclusiva responsabilidad )
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El prisionero de Zenda,
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